Yo antes de ti es el éxito literario de Jojo Moyes. Yo antes de ti también es la adaptación al cine de esta maravillosa historia de Louisa Clark y William Traynor, pero ¿qué significa esta película para alguien que no haya leído la novela? ¿Ha defraudado la adaptación a los fans del libro? ¿Cuál es mejor?
Estas y muchas otras, son las eternas dudas que surgen cuando un libro es adaptado al cine o a la televisión. En esta ocasión, nos ha parecido un trabajo tan completo por parte de la escritora, los actores, la dirección,…que creemos se merecen una doble opinión: una, por parte de una fiel seguidora del libro; la otra, por una espectadora de la película.
Lorena. Leyó Yo antes de ti en 2015
Cuando un libro se mete en tu mente, en tu piel; cuando has sollozado a las tantas de la madrugada porque sientes todo lo que le pueda pasar a esos seres descritos en el papel; cuando es así, sabes que has dado con uno de esos libros que te ha marcado. Incluso después de terminarlo, sabes que no te va a abandonar.
La peor noticia no es el final de sus protagonistas, ni tampoco saber que al cerrar ese libro, no sentirás jamás la misma sensación de cuando lo leíste por primera vez. Lo peor que le puede pasar a ese libro que tanto te gusta es que lo adapten al cine. Y eso fue lo que sentí cuando me encontré con un tráiler donde Emilia Clarke, la hija de la tormenta, se vestía estrambóticamente para devolverle la chispa a la vida de Will Traynor, es decir, Sam – poderosa sonrisa – Claflin.
Pero esto ha sido un regalo. Yo antes de ti nos deja un canto a la vida, rodeado de muchísimo humor (algo a lo que contribuye, en gran medida, el personaje de Louisa, fielmente interpretado por Clarke), con un amor nada empalagoso, pero que te deja esa sonrisa estúpida en la boca de la que cuesta desprenderse.Quizás sea porque el guión ha sido escrito por la autora del libro, Jojo Moyes, o tal vez porque tanto Clarke como Claflin han sabido captar la esencia de estos dos personajes, totalmente opuestos, pero que la vida, en un juego macabro y absurdo, ha puesto uno ante el otro.
Ayudan, y mucho, esos maravillosos secundarios: los padres de Will (imponente Charles Dance, haga lo que haga), también los de Louisa, destacando la unión con su hermana (como en el libro), pero si tengo que elegir, me lo juego todo por el increíble Matthew Lewis que ha conseguido que me compadezca, entienda y quiera un poquito al personaje de Patrick, el novio de Lou (en el libro me resultó odioso).
Y llega la Banda Sonora para encajar cada emoción de la mejor manera. Canciones alegres, esperanzadoras, combinadas con otras muy tristes y melancólicas, como cada capítulo del libro. Canciones que son como un bálsamo en ciertas escenas que se atragantan por la dureza, a pesar de la sencillez y normalidad con las que se han descrito y grabado. Creo, que entre todos los maravillosos temas elegidos para su BSO, la que es capaz de describir mejor las sensaciones es Photograph, de Ed Sheeran.
Al final, cuando salen los créditos, como lectora que había creado una historia en su cabeza, respiras aliviada y afirmas que no falta nada, que no quitarías nada, que esta adaptación es lo mejor que le podía haber pasado al libro. Es todo lo que la historia de Will y Lou merecían. Es todo lo que un lector se merece para ese libro que tanto le ha marcado.
Alba. No ha leído Yo antes de ti, pero ahora quiere leerlo.
En estos casos siempre nos preguntaremos ¿es mejor haber leído el libro antes? ¿Influye esto, de alguna manera, a la hora ver una adaptación? la respuesta es rotunda, sí, lo que nos llevará consecuentemente al “el libro estaba mejor”, aunque, en reiteradas ocasiones, el cine ha sido capaz de demostrar que sus adaptaciones pueden ser superiores a sus historias predecesoras.
En esta ocasión, ya conocemos la opinión sobre alguien que sí ha leído el libro, pero ¿cómo es para alguien que no lo ha hecho y cuyos únicos antecedentes son unos largos tráilers (que ya cuentan bastante) sobre una historia de amor entre el trágico infortunio de un joven en silla de ruedas y su cuidadora? La primera impresión, es que no hay nada nuevo bajo el sol, tampoco es que pretenda serlo, esa es la clave, es un tema típico y al que estamos ya de sobra acostumbrados. Una película sin más pretensión que contarnos la relación de amistad entre estos dos personajes, Louisa y Will, que inevitablemente nos van a recordar a la historia de Philippe y Driss en ‘Intocable’ (2011, Olivier Nakache, Eric Toledano).
Pero ¿qué la hace diferente? la forma de mostrarnos una historia de amor a través de un tono agridulce y un humor negro desenfadado, casi entrañable. Es fría y es cálida, es amable y es dura, es alegre y triste, una película llena de contrastes emocionales que aunque previsible no cae en lo indigesto, no ves lo que piensas que vas a ver. Y esto se lo debe, sin dudarlo y en mayor medida, a la protagonista indiscutible de la cinta, “the mother of dragons”, Emilia Clarke, que aunque sobreactuada, sorprende con un papel fresco y dinámico llevado, literalmente, a su máxima expresión y muy diferente al que nos tiene acostumbrados en Juego de Tronos.
En esta ocasión el hecho de haber leído el libro no habría sido significativo porque cuando una adaptación está bien hecha gusta a sus críticos más exigentes, sus lectores, son estos los que nos empujan al resto a las butacas del cine y hoy por hoy tengo que dar las gracias por haberlo hecho.