Richard Kelly consiguió el reconocimiento cinematográfico gracias a su primer largometraje, “Donnie Darko”, premio a mejor guión en Cannes en 2001. Tras él, llegarían “Southern tales” (2006) y la que hoy nos ocupa, “The box” (2009).
“The box” está basada en el relato corto “Botón, botón” de Richard Matheson. El cual ya había sido adaptado a la pequeña pantalla en uno de los capítulos de la serie “La dimensión desconocida”.
La película nos cuenta la historia de un matrimonio estadounidense de clase media, Norma (Cameron Díaz) y Arthur (James Marsden), que un buen día encuentran en la entrada de su casa una misteriosa caja.
A la mañana siguiente se presenta en la puerta de su casa un hombre con media cara desfigurada (Frank Langella) que les ofrece un millón de dolares si pulsan el botón. Pero apretar el botón tiene consecuencias, si lo hacen, esto provocará la muerte de un ser humano en algún lugar del mundo, alguien a quién no conocen, y a quien probablemente nunca conocerán.
Propuesta Inicial Interesante
“The box” arranca con una controversia moral más que interesante que nos plantea varias reflexiones. ¿Cuánto vale la vida de un ser humano? ¿Estaríamos dispuestos a pulsar el botón en tales circunstancias? ¿El hecho de que no conozcamos a esa persona hace más “sencillo” aceptar la propuesta? Porque al fin y al cabo, cada segundo del día muere alguien en algún lugar del mundo, ¿no?
Igualmente atrayente resulta el hecho de que la pareja que debe enfrentarse al dilema no se encuentre en una situación límite ni pase grandes penurias. Si bien es cierto, que cuando la caja aparece en sus vidas, su posición económica es algo peor que el día anterior, éstos no están en una situación desesperada que incline la balanza hacia la aceptación del millón de dolares.
Desarrollo Decepcionante
Ante esta idea de partida, Kelly podría haber decidido centrar la historia en el debate ético que se plantea al inicio de la película. Sin embargo, opta por llevar la cinta hacia el género de la ciencia-ficción, el thriller y la intriga; brindándonos un batiburrillo lleno de conspiraciones, varias situaciones incoherentes y algunas cómicas, lo que no sería malo si no fuera porque creo que no se buscaba la sonrisa del espectador.
Es por esto que, para mi, el gran problema de la película radica en el guión. No es fácil convertir un cuento de menos de diez páginas en el libreto de una película de casi dos horas. Y de ello, este filme es un claro ejemplo, ya que la adaptación de “Botón, botón” acaba siendo simplemente el punto de partida, y lo que mejor funciona de la película.
Interpretaciones Dispares
La cinta está protagonizada por Cameron Díaz, a la que estamos más acostumbrados a ver en comedias como “Algo pasa con Mary” o “Los Ángeles de Charlie”; James Marsden, conocido principalmente por su papel de Cíclope en la saga “X-Men”; y el veterano Frank Langella (Frox/Nixon), uno de los secundarios de lujo de Hollywood.
Frank Langella es el que más me ha gustado de los tres, siendo capaz de inquietarnos con su sola presencia (a pesar de que los efectos especiales al deformarle el rostro no sean especialmente buenos). Cameron Díaz, por su parte, está simplemente correcta y James Marsden no llegó a convencerme en su papel.
“The box” tiene, en definitiva, un gran planteamiento inicial que se diluye a lo largo del metraje para dejarnos un regusto amargo por lo que podía haber sido la película.