Buenas, amigos del cine y las series de televisión que os pasáis por este canal tan molón de Universo Cine. Aprovechando que Netflix la ha recuperado hace unas cuantas semanas, y que he tenido la oportunidad de revisionarla, quiero hablaros un poco de Firefly, una serie que contaba con grandes mimbres para ser un grandísimo éxito, y que, a pesar de eso, sólo contó con una única temporada. Intentaré explicar por qué ocurrió y establecer si fue justo o no.
Siempre hubo un antes
Para mí Firefly es una serie llena de “Antes”, y es que antes de que Joss Whedon se convirtiera en el gigante que es hoy a través de Marvel y sus Vengadores, ya era un gran productor y demostraba muy buen ojo para la ficción con productos como Ángel, Buffy Cazavampiros o la serie que tratamos hoy aquí.
Antes de que Nathan Fillion se convirtiera en el fenómeno mundialmente conocido por su personaje de Richard Castle en la serie de la ABC, ya demostraba sus buenas maneras con papeles recurrentes en series como Mujeres Desesperadas o Buffy, aunque bien es cierto que le faltaba revivir un gran éxito como el que Firefly le dio allá por el año 2002.
Y antes de que las series pasasen (en muchos casos) a ser tan buenas como la mejor de las películas, contando con presupuestos millonarios, también hubo productores que se arriesgaban con ficciones que marcaban la diferencia, a las que les tocaba luchar con su elevado coste Vs audiencia. Creo que estos tres puntos marcan fielmente a Firefly como una serie que para mí se avanzó a su tiempo y que supuso para ella una losa demasiado pesada.
Firefly, un western espacial
La serie se basaba en una premisa muy sencilla. Un futuro en el que se mezclaban los viajes espaciales y la alta tecnología con una aventura propia de una peli del oeste. ¿Es una mezcla lógica o chirría por todos lados? Pues radicalmente funcionó. Es un acierto absoluto. No hay contradicciones ni cosas raras que puedan dejar en evidencia la producción como por ejemplo le ocurrió a la penosa Cowboys&Aliens de Jon Favreau hace algunos años ya. La mezcla cuaja a la perfección, y más si le sumas buenos personajes, historias interesantes y momentos muy amenos en los que la nave dirige a sus tripulantes a través del Verso.
La serie comienza explicando cómo en el año 2517 la Alianza domina y conquista todo el núcleo central del Verso, dejando prácticamente a su suerte al resto de planetas periféricos. Cuando la población rebelde de esos planetas intenta pelear y combatir, pierde, y se ven obligados a huir y buscarse la vida como pueden.
Así es como el Capitán Malcolm Reynolds se hace con la Serenity, una nave vieja y desvencijada del tipo Firefly que le sirve para trapichear y hacer contrabando por los distintos planetas mientras intenta evitar a los agentes de la Alianza. Para ello, se une a una tripulación muy particular formada por Zoe, antigua compañera de armas del Capitán; su marido y piloto de la nave Wash; Jayne Cobb, un amante de las armas y experto en el combate; Inara Serra, una “acompañante personal” que utiliza los viajes de la nave para hacer sus negocios; y la joven Kaylee que se encarga de que la nave siga funcionando día y noche.
El inicio de la serie coincide con la adquisición en la nave de 3 nuevos pasajeros que ya no la abandonarán: el pastor Derrial Book, un tipo con un pasado misterioso relacionado con la Alianza y dos hermanos, Simon y River Tamm, generadores de la trama central de la única temporada de la serie. River es una joven superdotada que la Alianza somete a experimentos y torturas convirtiéndola en una chica impredecible y psicótica. Su hermano logra rescatarla y subirla a la Serenity como polizón, pero su personalidad y magnetismo impiden que la tripulación les abandone.
Estupendo reparto y banda sonora
La banda sonora está realmente bien trabajada. Siempre con esa mezcolanza de western y aventura espacial, Greg Edmonson diseñó un sistema en el que nunca sientes que la música sea un elemento decorativo sino un personaje más dentro de cada escena. La canción de la carátula “The Ballad of Serenity” está compuesta (y originalmente cantada, aunque por suerte eso se cambió) por el mismo Joss Whedon.
El reparto está plagado de buenas actuaciones como las del propio Fillion, pero no sería igual sin contar con actores de relativo peso como la bella Morena Baccarin, a la que hemos visto estos últimos años en series como Homeland, V o Gotham y en películas como la grandiosa Deadpool. También anda por ahí Alan Tudyk, un actor que conocimos a través de Destino de Caballero junto al denostado Heath Ledger, que siempre ha hecho de secundario de manera muy convincente y que este año ha visto como su trabajo se recompensaba con la nominación a varios premios con su papel en Trumbo. Adam Baldwin no es una estrella ni es deslumbrante, pero aporta a sus papeles el suficiente rigor como para que se le tenga en cuenta y no pase desapercibido. Le recordaré por sus trabajos en Independence Day, La Chaqueta Metálica o sus apariciones televisivas de nuevo junto a su amiguete en Castle, donde hace uno de los mejores papeles esporádicos de la serie, o The Last Ship, que se emite ahora mismo en TNT y de la que es uno de los protagonistas. Por último destacar a Summer Glau, una chica que prometía mucho y que al final se ha dedicado a hacer papeles anecdóticos en series como Castle, Arrow o Hawaii Five-0. Una pena porque no parecía una chica que lo hiciera mal.
Un éxito tardío e inesperado
Después de un paso más que discreto por la cadena FOX en USA y Canadá, la serie tuvo apenas 14 episodios. A pesar de su cancelación, la serie recabó muy buenas críticas técnicas llegando a su culmen con el premio Emmy de 2003 por sus “Excepcionales Efectos Visuales para una Serie”. Fue entonces cuando metabolizó a éxito rotundo.
Salió a la venta en DVD y empezó a ser considerado un producto de calidad muy bien elaborado, lo que seguro ayudó a Whedon y Universal a producir una película el año 2005 de título ‘Serenity’ y que se sitúa unos 6 meses después del final de la ficción. En ella repitieron todos los personajes y todos los actores y está considerada una joya de la ciencia ficción para mucha gente. También se rodaron unos pequeños vídeos de promoción de la película llamados Las sesiones de River Tamm, unos pequeños cortometrajes en los que se ve la transformación de la pequeña, de una chica inocente a una persona totalmente diferente. No sólo se quedó ahí la factoría de Firefly, sino que en 2006 surgió un juego de rol que se llevó el premio al mejor juego surgido ese año.
Concluiré diciendo que para mí es una serie buena, de calidad, bien trabajada e injustamente tratada como le ha ocurrido a otras muchas a lo largo de la historia de la televisión. Firefly encarna lo mejor del cine de aventuras y lo mejor de la ciencia ficción unidos en sólo 42 minutos de capítulo, algo que no es nada sencillo.
Personalmente creo que ahora que Netflix la ha recuperado para todo el público en general, no deberíais perder la oportunidad de echarle un ojo. Son sólo 14 capítulos. Y si os gusta no dudéis en ver Serenity, la película, es como un episodio largo en el que se juntan los argumentos de lo que hubieran sido las dos primeras temporadas de haberse completado. Espero que no os haya aburrido hablar de una serie tan antigua dentro de esta vorágine que vivimos ahora con las series actuales entre dragones, zombis y demás.