Es la era de la inmediatez. Nuestras relaciones con el mundo se hacen con una pantalla o a través de ella, ya sea el móvil, la tablet, el televisor, ordenador…Ese espejo negro en el que somos incapaces de vernos con nitidez, que distorsiona la realidad en la que estamos inmersos, pero en la que no vivimos.
Esto es Black Mirror, una crítica ácida, hiperbolizada y tal vez, realista en un futuro no tan lejano. Compuesta por capítulos independientes, cada episodio nos relata como la tecnología puede afectarnos de tal o cual manera. Una manera nítida y descarnada de describir el mundo que nos hemos empeñado en crear tras nuestras pantallas. La tecnología es un avance hasta que se convierte en nuestras propias cadenas.
Serie breve pero certera
Esta serie cuenta con 6 episodios divididos en dos temporadas y un episodio especial de Navidad. Con temporada nueva cada dos años (recuerda un poco al formato Sherlock), cada episodio es individual y único, teniendo como único lazo de unión la relación de las personas con la tecnología y como esto puede afectar a sus vidas. Cada episodio es un golpe en lo más profundo de nuestra conciencia, haciendo que nos preguntemos y planteemos lo que haríamos de estar en la misma situación.
Los excelentes guiones son el motor de cada trama individual, pero que al mismo tiempo forma parte de un todo común, como un espejo negro que encierra cualquier tipo de miseria humana. Sin embargo, aunque la tecnología que se utiliza en cada episodio es bastante futurista, no es más que una exageración de la que ya usamos: no disfrutamos de las cosas en vivo, porque las filmamos y fotografiamos para reproducirlas después hasta la extenuación, el sometimiento y la humillación de las personas está a solo un click, incluso la muerte ya no parece tan certera en el mundo de la tecnología.
Actores que hacen de la ficción lo real
Sin duda alguna, los guiones del creador de la serie, Charlie Brooker, son originales y de una calidad muy alta. Los episodios provocan angustia, te hacen pensar, reflexionar, pero hay algo más. Ese factor añadido es el disfrute y esto, es gracias a sus actores. Todos ellos, incluso los más desconocidos para el público general, aportan algo a sus personajes, los convierten en personas reales como nosotros, elevando la angustia que sentimos cuando vemos lo que esta serie nos ofrece.
Además, también podemos disfrutar de la presencia de grandes actores que, por regla general, suelen ocupar la segunda fila en las grandes producciones, pero que siempre defienden sus papeles con bastante pericia y carisma. Me refiero a Rory Kinnear, Jodie Whittaker, Rafe Spall, Domhnall Gleeson, Natalia Tena, Tobias Menzies, Lindsay Duncan, Oona Chaplin, Jon Hamm o Hayley Atwell.
El 21 de octubre vuelve Black Mirror con su tercera temporada. Tenéis tiempo de ver los 7 episodios que se han emitido y que podemos disfrutar en Netflix. No lo dudéis, serie de calidad con grandes interpretaciones y que te hará pensar sobre ti mismo y el mundo que te rodea. ¿Estás seguro de poder vivir sin el reflejo de tu Black Mirror?