Ewan McGregor debuta en la dirección con la adaptación cinematográfica de American Pastoral, novela galardonada con el premio Pulitzer y una de las obras más aclamadas de su escritor, Philip Roth.
Un proyecto que se antoja ambicioso y complicado para cualquiera, y más para un primerizo en la dirección. Por lo que la decisión de McGregor de estrenarse con este material es tan osada como admirable.
American Pastoral cuenta la historia de Seymour Levov, alias “el sueco”, la personificación del sueño americano. A esta estrella del deporte en el instituto, casado con una reina de la belleza, con gran éxito en los negocios y con una preciosa hija (Merry), todo parece sonreirle hasta que la hermosa niña se convierte en una adolescente problemática, que se radicaliza con la llegada de la Guerra de Vietnam.
Un fanatismo que llega a su máximo esplendor cuando es acusada de hacer estallar una bomba en un edificio de Correos, explosión que supone la muerte de una persona inocente. A partir de aquí, Levov dedicará todos sus esfuerzos en encontrar a su hija desaparecida mientras ve como su idílica vida se hace pedazos poco a poco.
Adaptación anodina
Mientras uno está viendo American Pastoral tiene la plena certeza de que está ante una novela aunque no supiera de la existencia de la obra de Roth, y tiene la sensación de que en esa transición del papel a la pantalla, muchas son las cosas que se han quedado por el camino.
La cinta de McGregor se centra en contarnos la búsqueda de la hija perdida, pero poco vemos sobre cómo era la vida de nuestros protagonistas -y del resto de los personajes que aparecen en la película- durante una de las décadas más convulsas de la historia reciente americana.
Su trabajo en la dirección es convencional lo que supone que nos encontraremos ante un trabajo correcto pero falto de la energía que, probablemente, necesitaría una adaptación como ésta.
Reparto que cumple
Delante de las cámaras la labor de Ewan McGregor también puede definirse como correcta. Sus compañeras de reparto salen mejor paradas en este apartado, Jennifer Connelly, que interpreta a su esposa, nos regala una de las mejores escenas de la película. Mientras que Dakota Fanning, que da vida a Merry, se convierte en una robaplanos en cada escena que aparece.
Mención especial, para Valorie Curry, que a pesar de tener un papel pequeño, da vida a uno de los personajes más turbadores de la película.
En definitiva, American Pastoral es una película correcta pero que no se quedará grabada en nuestra mente por mucho tiempo.